Argentina tiene un enorme potencial para recuperarse de la crisis generada por la pandemia y competir en el mercado internacional de gas y petróleo. Para hacerlo se requiere alcanzar consensos que pongan a los proyectos locales en pie de igualdad con los del resto del mundo.

La irrupción de la pandemia del SARS CoV-2 desató una crisis sanitaria, económica y de liderazgo, de la que ningún mercado ni país quedó exento.

Después del impacto inicial, en los últimos meses del año pasado el sector de gas y petróleo empezó a evidenciar una recuperación. A pesar de estas tendencias, el escenario sigue siendo complejo y más que nunca se necesitan consensos para que el sector pueda explotar todo su potencial e impulsar la recuperación económica del país.

Estado de situación

El virus irrumpió justo cuando Arabia Saudita y Rusia, principales actores en el área del crudo, estaban enfrascados en una fuerte competencia por su participación de mercado, lo que había generado una reducción en la oferta de hidrocarburos. La demanda internacional cayó a aproximadamente dos millones de barriles diarios pero la oferta también se redujo y llegó a cuatro millones, según la consultora Wood Mackenzie. El impacto, que se dio más en la oferta que en la demanda, explica el valor de USD 45 por barril de crudo.
La combinación de la guerra de producción de los dos países asiáticos y la disminución del consumo debido al confinamiento provocaron unas de las peores caídas del precio del petróleo.

Informes recientes de la misma consultora indican que la distribución de vacunas y una mejora en la perspectiva económica impulsarán la demanda de petróleo en alrededor de un 7% este año, pero la aparición de nuevas olas de COVID o una ineficaz campaña de inoculación podría cambiar la situación.

Es decir, por un lado, podría esperarse una recuperación de precios para el 2025 a valores de entre USD 65 o USD 70, por el otro, los rangos de precios podrían desmoronarse USD 10 o USD 15.

El rol de Argentina

En este escenario cambiante y desafiante, Argentina puede competir con su industria, especialmente apalancada en la formación de Vaca Muerta, que tiene enormes perspectivas. Para ello, más que nunca, se necesita que el país articule acuerdos a través de sus instituciones.

Un marco regulatorio claro, estable y que ponga a las empresas locales en pie de igualdad con el mundo es una de las principales herramientas con las que puede contar el sector para atraer inversiones y asegurar su competitividad.

En los últimos cuatro años se registraron inversiones anuales en un promedio de alrededor de USD 8.000 millones en Upstream y USD 2.000 millones en Downstream, con una contribución tributaria promedio (impuestos internos a los combustibles, retenciones a la exportación y regalías) de USD 5.000 millones en el mismo período y un nivel de empleo directo e indirecto que representa casi el 30% del empleo privado registrado en las provincias patagónicas.

Para mantener y superar estos registros es necesario asegurar las condiciones para el largo plazo y la inversión, además de un marco regulatorio estable y previsible. También, precios en línea con los que establecen los mercados internacionales para toda la cadena, y un marco fiscal competitivo, sostenible y conducente con la actividad.

Una tríada para alcanzar consensos

La participación de los gobiernos, empresarios y trabajadores es clave para alcanzar consensos que subsistan en el tiempo y que abarquen a toda la cadena productiva. Esta articulación tripartita es esencial para:

  • Definir herramientas regulatorias para promover la actividad y desarrollar los recursos nacionales, con foco en el interés de los consumidores y en su salud.
  • Promover reglas que permitan a la industria comercializar sus productos en base al libre acuerdo entre las partes tomando en consideración a las necesidades de los consumidores, en un contexto económico muy exigente.
  • Impulsar un marco regulatorio capaz de asegurar una mayor competitividad para el sector, con el fin de atraer las inversiones que requiere su desarrollo en condiciones de igualdad frente a proyectos alternativos alrededor del mundo. En ese contexto, la exportación de Petróleo y GNL como aspectos esenciales para el pleno desarrollo de Vaca Muerta.
  • Incentivar la actividad Offshore y los yacimientos convencionales; ofrecer incentivos para la innovación y la inversión en investigación y desarrollo y reducir los costos logísticos para abastecimiento del mercado interno. Los servicios asociados a la industria necesitan un impulso decisivo que los vincule estrechamente con el progreso del sector.
  • Encontrar el camino para redefinir la carga fiscal en la cadena de valor energética, facilitar la libre adquisición de equipamiento para la industria a precios internacionales y desarrollar la infraestructura y logística necesaria para llegar desde los yacimientos a los consumidores.
  • La industria energética argentina tiene un potencial enorme que le permite no solo alcanzar el autoabastecimiento para el país sino desempeñar un rol importante en los mercados regionales y, a partir de la utilización de nuevas tecnologías de transporte, en el mercado mundial. Estar de acuerdo en las reglas del juego será clave para que la industria crezca y, con ella, el país.