La formación de hidrocarburos no convencionales de la cuenca neuquina representa una oportunidad única para la autosuficiencia energética de nuestro país y para impulsar su desarrollo económico. Conocé sobre su descubrimiento, actualidad y potencial.
Una enorme oportunidad para el futuro de la Argentina reside en el sur de nuestro país. En la cuenca neuquina, donde hace 150 millones de años hubo un mar, hoy se encuentra una de las riquezas energéticas más importantes del mundo.
Vaca Muerta es una formación geológica de 30.000 km2 que contiene una magnífica reserva de hidrocarburos no convencionales cuya explotación puede transformar la economía de nuestro país.
Se trata de la segunda mayor reserva de gas no convencional -shale- y la cuarta de petróleo de este tipo en el mundo. Según un reporte del Instituto Argentino del Petróleo y el Gas (IAPG), hacia 2035 el desarrollo de Vaca Muerta podría aportar entre USD 62.200 y USD 67.800 millones al PBI, lo que significa inversiones promedio de USD 16.000 y la creación de 20.000 puestos de trabajo por año.
Gracias a la explotación de Vaca Muerta, Argentina tiene la oportunidad histórica de convertirse en una gran productora de hidrocarburos, generar empleo, liderar la transformación energética impulsar nuevas tecnologías, lograr la autosuficiencia energética nacional y exportar al mundo.
El legado jurásico
El descubrimiento de esta formación sedimentaria que se extiende entre Neuquén (la mayor parte), Mendoza, Río Negro y La Pampa se produjo hace 90 años. El mérito fue del geólogo y paleontólogo estadounidense Charles Edwin Weaver, que en 1931 recorría la zona bajo contrato con Standard Oil, hoy Chevron.
Fue el mismo Weaver quien bautizó Vaca Muerta a esa vasta extensión de tierra que, enseguida, intuyó valiosa. Hoy sabemos que se trata de una formación shale que puede superar los 400 metros de espesor.
En materia de hidrocarburos no convencionales existen dos tipos: el tight, hallado en formaciones de baja permeabilidad, y el shale, que se encuentra en rocas impermeables formadas a partir del lecho de lagos y mares; en este caso, los fósiles encontrados son de período jurásico.
Según se explica en el sitio Shale en Argentina “En ellas, a lo largo de millones de años, la materia orgánica atrapada (restos de microorganismos, algas, animales, etc.) se convirtió en gas y petróleo. Por eso es común leer o escuchar que al shale se lo llama también ‘roca generadora’ o ‘roca madre’. (…) Esta roca generadora (shale) ha resultado fisuradas por procesos físicoquímicos naturales. En algunos casos, por esas fisuras, una parte de los hidrocarburos migró, en general, en dirección hacia la superficie algunos llegaron; otros quedaron atrapados en lo que llamamos “trampas” o yacimientos convencionales). Pero buena parte de los hidrocarburos quedó allí, atrapada en la roca generadora”.
Mucho por hacer
En 2011, a 80 años del descubrimiento de Weaver, se confirmaron las investigaciones del científico. Dos años después, principalmente con inversiones estatales, se inició la exploración para luego explotar la zona.
Hoy de los 30.000 km2 en los que se extiende Vaca Muerta, 12.000 están concesionados a YPF. La compañía estatal no es la única empresa que trabaja en el lugar. Actualmente hay 34 concesiones vigentes y la cadena de valor involucra a diversas empresas que brindan productos y servicios al sector.
Compañías como las que forman parte de CADE -CGC, Colhué Huapi, Exxon Mobil, Pan American Energy, Raízen, Shell, Sinopec, Total, Trafigura, Wintershall Dea, Baker Hughes, DLS, ManPetrol, Petrominera Sociedad del Estado y San Antonio- confluyen en este sector que, en su conjunto, genera 30.000 puestos de trabajo en la Cuenca Neuquina. De ellos 16.000 corresponden a pymes, 9.000 a grandes compañías de servicios y 6.000 a empleados de operadores nacionales e internacionales.
En cuando a producción, según la Agencia de Información Energética estadounidense (EIA), Vaca Muerta representa un valor de 27 billones de barriles de shale oil -lo que ubica al país en el cuarto lugar a nivel mundial de los recursos recuperables de petróleo no convencional- y 22,7 trillones de metros cúbicos de shale gas, lo que coloca a Argentina segundo entre los países con mayores recursos de gas no convencional.
El margen para el desarrollo de la explotación es monumental y el impacto de la producción de la formación a nivel mundial, aún escaso. En 2019 Vaca Muerta aportó el 26% de la producción total de petróleo y 41% de gas del país. Para alcanzar estos niveles se hicieron inversiones que en la última década contabilizaron USD 10.000 millones. Aun así solo se explotó el 6% de la superficie total de Vaca Muerta.
Hoy se producen menos de 100.000 barriles de petróleo por día y 60 millones de metros cúbicos por día de gas. La expectativa de referentes del sector es que se produzcan 500.000 barriles y alrededor de 150 millones de metros cúbicos. Para eso, sería necesario perforar entre 800 y 1000 pozos no convencionales por año, cinco veces la actividad promedio actual.
Durante un año complicado en términos de producción y demanda como fue el 2020, el sector energético pudo mantener los niveles requeridos de actividad y asegurar al país la energía necesaria para su funcionamiento. Desde noviembre del último año la industria ya muestra índices de recuperación que auguran, dadas las reglas de juego adecuadas, un nivel de desarrollo que puede cambiar la situación de nuestro país.